Fin de la mente

Desde aquel lejano alba,
e de se siempre hombre,
pero dentro de mi alma,
siempre fui aquel hambre,

los dulces conocimientos,
fueron el olor de la tinta,
no recuerdo el momento ,
pero era la norma estricta,

para cada trazado tenue,
en mi mente se desace,
se recompone dentro,
en un algoritmo severo,

se mezcla y descifra,
cifra y se comprime,
donde el recuerdo viene
la vela se vira,

para retraer al mundo,
se desecha lo listo,
lo complejo se a guardado,
y el resto fue visto,

en una fracción de segundo,
todo lo bebido se seca,
da igual cuanto as tragado,
en ese recuerdo se peca,

da igual como aya pasado,
se a evaporado la gota,
al tiempo se a desvanecido,
no recuerdo el peso de una mota...

Simple ¿o no?

Ese bello cabello ébano,
refleja la sonrisa de mayo,
ese mirar de soslayo,
da falso calor de tempano,

El andar se compara a un gato,
tu habla sublime interpretación
oculta para un novato,
incluso difícil para una canción,

da tiempo a este interprete,
razón de re colocar,
todo lo que quieras,
un día puede ser el detonante,

amable abrazo con beso amargo
notar el calor de tus labios,
da lagrimas de desahogo,
le duele, y solo da gracias,

como comprender y ver,
si todo lo que se tiene,
no vale la pena de perder,
cuando tu figura viene,

cultivar el recuerdo es veneno,
desgracia para el viajero,
eterno descenso al averno,
imposible no ser el primero,

seguimos dibujando en el aire,
aquellos momentos perdidos,
lo de vivirlo, ya fueron vividos,
pero solo con el cielo lo are,

mejor así una forma segura,
que la emoción,
no esta en la persecución,
sino en la captura.